PÉREZ ABELLÁN, Francisco: Matar a Prim.
Barcelona, Booket, 2015.
Matar a Prim es una investigación sobre uno de los
mayores misterios criminales de la historia de España: el asesinato de Juan
Prim y Prats, presidente del gobierno español y líder de la Revolución Gloriosa
de septiembre de 1868. Prim, general, político y héroe de guerra, fue abatido a
trabucazos el 27 de diciembre de 1870 en la calle del Turco de Madrid, hoy
Marqués de Cubas, en el trayecto que le llevaba en una berlina desde el
Congreso de los Diputados a su residencia oficial del Palacio de Buenavista.
Los autores intelectuales nunca fueron inculpados, y los materiales vivieron un
proceso lleno de irregularidades e injerencias por parte de las más altas
instancias políticas y económicas.
Este suceso, uno de los cinco magnicidios de la
historia contemporánea española, está rodeado desde su origen de un gran
misterio, debido a las sospechas, casi certezas, de que los responsables
últimos, los que dieron la orden a los sicarios, pertenecían a las más altas
instancias del Estado, concretamente el Regente Serrano y el aspirante al trono
Antonio de Orleans, Duque de Montpensier.
Este asesinato que, salvando las distancias, tiene
numerosos paralelismos con el de Kennedy en Estados Unidos, ocurrido casi cien
años después, saltó de nuevo a la actualidad en 2013 a raíz de la exhumación y
posterior autopsia con métodos y técnicas modernas, del cadáver modificado del
general Prim. El autor, Francisco Pérez Abellán, periodista y criminólogo de
gran presitigio, ha dirigido una comisión universitaria encargada de llevar a
cabo dicha autopsia. Las conclusiones de la misma han sido, además de
corroborar varios hechos y descartar otros que hasta ahora se tenían como
verídicos, que el general Prim salió muy malparado del atentado, y que aunque
pudo sobrevivir un tiempo, con seguridad no podría andar por sí mismo y seguramente
estaba inconsciente. Tradicionalmente se ha aceptado, basándose en fuentes sin
contrastar, que Prim mantuvo diversas y largas conversaciones durante tres días
después del atentado, otorgando en el intervalo todo el poder a Serrano, y
encargando a Topete recoger a Amadeo, futuro rey (éste había sido elegido casi
exclusivamente por Prim, y apenas tenía más seguidores, habiéndose señalado
personalmente en contra de esta decisión, el almirante Topete).
Aunque el juez no pudo interrogarlo debido a su estado
de salud, y a los médicos se les impidió también en varias ocasiones ver al
herido por, asómbrense, ¡también a su mal estado de salud!; además de esto, el
hecho más sorprendente comprobado en la autopsia, es que hay señales de que le
estrangularon a lazo en su lecho de muerte, ya agonizante.
Otro aspecto que trató la Comisión Prim fue el estudio
jurídico del sumario, muy esquilmado, maltratado, mutilado y alterado después
de 140 años. El proceso que siguió al asesinato pasó por varios momentos
políticos de la historia de España, cerrándose al inicio de la Restauración al
casarse Alfonso XII con María de las Mercedes, a la sazón hija de
Montpensier. Este hecho, la investigación en una fuente histórica
primaria oculta pero a la que han acudido diversos sujetos, tanto para
averiguar la verdad como para ocultarla, me parece lo más meritorio del libro.
En el estudio del sumario descubrimos intrigas, venganzas, pagos a ladrones y
asesinos, asesinatos de los autores materiales, ocultamientos y rocambolescas
historias de masones, pérdida de pruebas novelescas, como una contraseña
triangular en cartón que usaban los asesinos, etc.
Varios escritores, periodistas y políticos, Pérez
Galdós entre ellos, investigaron el caso en diversas épocas, y las conclusiones
de todo lo relacionado con el mismo son que los intereses políticos han
intentado siempre, con bastante fortuna por cierto, inmiscuirse en los asuntos
judiciales, presionando, coartando, animando o desalentando tal o cual
investigación. Y lo peor es que a veces, como en este caso, la víctima era
precisamente la persona más poderosa en ese momento en España. Y más grave
todavía, diversas épocas históricas (más bien los gobernantes de diversos
momentos) han estado tentados de utilizar, alterar y manipular la historia –al
menos sus fuentes directas, como un proceso judicial- en su propio beneficio.
En definitiva, sería una buena lectura para los
alumnos de Historia de España de 2º de Bachillerato por varias razones:
profundizarían en el conocimiento de varios momentos muy interesantes de la
historia, que forman parte del temario que deben estudiar; conocerían la
importancia de las fuentes primarias y de su preservación como herramienta
insustituible del conocimiento científico histórico; verán que las técnicas y
avances modernos pueden arrojar nuevos datos sobre el pasado; y sobre todo
verán como la realidad puede ser mucho más enrevesada, inverosímil, intrincada
e interesante que la ficción.
Hay varias novelas que relatan este hecho, así como
alguna serie televisiva e incluso el asesinato forma parte de diversas
películas, pero a mi modo de ver, falta una gran producción que haga justicia a
todas las aristas y misterios que rodean este hecho. Tras visualizar la
extensísima J.F.K., de Oliver Stone, uno siente escalofríos al constatar las
semejanzas de los casos y la impunidad de algunos para cambiar el sentido de la
Historia.
Portada y contraportada del libro
En el Museo del Ejército, situado en el Alcázar de Toledo,
posando con el libro delante de la auténtica berlina
en la que fue acribillado Prim.
En este libro se exponen, entre otras, las conclusiones
del análisis forense de esta Berlina, donde aún son visibles
los orificios de los disparos y donde sigue la abundante
sangre que derramó Juan Prim.
En este museo se guarda además el uniforme que
portaba el general el fatídico día y otras fuentes
históricas del atentado.
En el mismo museo se expone también el coche en
el que fue asesinado otro presidente del gobierno,
Eduardo Dato.